"Joya de Cerén"
Parque Arqueológico de Joya del Cerén
Descripción
Su nombre Joya lo toma por la importancia del sitio arqueológico y Cerén por que la hacienda donde fue encontrado el sitio cuando construían los silos para almacenar granos perteneció a la familia Cerén.
Hace aproximadamente 1400 años, el sitio arqueológico de Joya de Cerén era una aldea floreciente a orillas del Río Sucio, antes llamado Nexapa. Los 5 km que separan Joya de Cerén con Campana San Andrés exigían aproximadamente una hora a pie o un viaje breve en canoa por el río Sucio.
A pesar de que Joya de Cerén era autosuficiente en la producción de alimentos, la construcción de edificios y la elaboración de utensilios, sus habitantes dependían de San Andrés para la obtención de artículos como herramientas, obsidiana, hachas de jade, pigmentos rojos y, tal vez, conchas de mar y sal. Por tanto, es posible que los pobladores de Cerén hayan tenido que producir excedentes de alimentos o herramientas para intercambiarlos con otros productos en San Andrés.
Se sabe que hubo terremotos moderados previos a una erupción volcánica, ya que en la zona oriental existen pequeñas grietas ocasionadas por movimientos tectónicos. La aldea fue sepultada por cuatro a seis metros de cenizas. La capa de materiales volcánicos no sólo cubrió por completo todos los edificios, sino que llenó acequias y pequeños drenajes, borrando así toda noción de la existencia de ese lugar. Lava y ceniza sellaron de tal manera la zona que resultó inútil excavar. Según dicen ni los roedores, ni los agentes naturales que suelen modificar las aldeas abandonadas lograron penetrar en la capa de ceniza volcánica convertida en piedra.
El sitio fue descubierto en 1976, cuando un tractor nivelaba una pequeña cocina con el fin de hacer una plataforma para guardar granos en silos. Se informó al Museo David J. Guzmán del hallazgo que no pudo hacerse cargo del mantenimiento de los restos arqueológicos precolombinos y autorizó que siguieran adelante las obras de nivelación creyendo que se trataba de construcciones recientes dado el buen estado de conservación de los techos. Se calcula que más de una docena de habitaciones fueron destruidas.
En 1978, el arqueólogo Stanley Boggs, realizando un estudio arqueológico del valle de Zapotitán, tuvo notícias del hallazgo. Creyó también que eran construcciones recientes ya que jamás había encontrado techos de paja en sitios arqueológicos de México, pero los estudios de radiocarbono que realizó mostaron una antigüedad de cerca de 1.400 años. Entre 1979 y 1980 se iniciaron las investigaciones aplicando instrumentos de alta tecnología que detectaran anomalías bajo tierra. Por motivos de seguridad, debido a la guerra, la investigación no fue reanudada hasta 1989.
Joya de Cerénse abrió al público salvadoreño un museo en el sitio, con material didáctico, caminos señalizados para poder apreciar la arquitectura original, y guías que brindan información del lugar.
Gracias a este singular hallazgo, se conoce la vida cotidiana de esta comunidad indígena, la distribución de sus casas, además de otras actividades realizadas en los alrededores como la elaboración de utensilios para el hogar, elaboración de artesanías y el intercambio comercial entre otros.
El Museo fue creado en 1993, y el actual edificio inaugurado en 2003. Exhibe su contenido distribuído en tres salas dedicadas a las temáticas siguientes: Introducción, Mesoamérica, Antecedentes del sitio, Descubrimiento del sitio, Vulcanología, Investigación del sitio, Vida cotidiana, Arquitectura domestica y de uso especial, Medio ambiente, Conservación, Plan de manejo, Visión y significado cultural.
Singularidad
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Muestra la vida cotidiana de los indígenas que fue interrumpida por la erupción del volcán caldera en el año 600 dC., preservándola así por más de 10 capas de ceniza durante más de 1.400 años hasta que fue descubierta, accidentalmente, en 1976.
Observaciones
Para acceder al sitio y a su museo debe dirigirse a través de la carretera que conduce a la ciudad de Opico a 125 metros después del puente sobre el Río Sucio, hallará el desvío señalizado que le indica el sitio, contiguo a la vía asfaltada.
En autobús, aborde en la terminal de occidente, en la feria internacional ó en la Basílica de Guadalupe la ruta 108 que lo conduce al sitio. Le deja frente a Joya de Cerén.
Horarios
Horario (todo el año)
De martes a domingo de 9:00h a 16:00h
Precio de la entrada
Precio de la entrada
Nacionales $0.69 / Extranjeros $2.86 / Vehículos $ 1.14
Descripción
Su nombre Joya lo toma por la importancia del sitio arqueológico y Cerén por que la hacienda donde fue encontrado el sitio cuando construían los silos para almacenar granos perteneció a la familia Cerén.
Hace aproximadamente 1400 años, el sitio arqueológico de Joya de Cerén era una aldea floreciente a orillas del Río Sucio, antes llamado Nexapa. Los 5 km que separan Joya de Cerén con Campana San Andrés exigían aproximadamente una hora a pie o un viaje breve en canoa por el río Sucio.
A pesar de que Joya de Cerén era autosuficiente en la producción de alimentos, la construcción de edificios y la elaboración de utensilios, sus habitantes dependían de San Andrés para la obtención de artículos como herramientas, obsidiana, hachas de jade, pigmentos rojos y, tal vez, conchas de mar y sal. Por tanto, es posible que los pobladores de Cerén hayan tenido que producir excedentes de alimentos o herramientas para intercambiarlos con otros productos en San Andrés.
Se sabe que hubo terremotos moderados previos a una erupción volcánica, ya que en la zona oriental existen pequeñas grietas ocasionadas por movimientos tectónicos. La aldea fue sepultada por cuatro a seis metros de cenizas. La capa de materiales volcánicos no sólo cubrió por completo todos los edificios, sino que llenó acequias y pequeños drenajes, borrando así toda noción de la existencia de ese lugar. Lava y ceniza sellaron de tal manera la zona que resultó inútil excavar. Según dicen ni los roedores, ni los agentes naturales que suelen modificar las aldeas abandonadas lograron penetrar en la capa de ceniza volcánica convertida en piedra.
El sitio fue descubierto en 1976, cuando un tractor nivelaba una pequeña cocina con el fin de hacer una plataforma para guardar granos en silos. Se informó al Museo David J. Guzmán del hallazgo que no pudo hacerse cargo del mantenimiento de los restos arqueológicos precolombinos y autorizó que siguieran adelante las obras de nivelación creyendo que se trataba de construcciones recientes dado el buen estado de conservación de los techos. Se calcula que más de una docena de habitaciones fueron destruidas.
En 1978, el arqueólogo Stanley Boggs, realizando un estudio arqueológico del valle de Zapotitán, tuvo notícias del hallazgo. Creyó también que eran construcciones recientes ya que jamás había encontrado techos de paja en sitios arqueológicos de México, pero los estudios de radiocarbono que realizó mostaron una antigüedad de cerca de 1.400 años. Entre 1979 y 1980 se iniciaron las investigaciones aplicando instrumentos de alta tecnología que detectaran anomalías bajo tierra. Por motivos de seguridad, debido a la guerra, la investigación no fue reanudada hasta 1989.
Joya de Cerénse abrió al público salvadoreño un museo en el sitio, con material didáctico, caminos señalizados para poder apreciar la arquitectura original, y guías que brindan información del lugar.
Gracias a este singular hallazgo, se conoce la vida cotidiana de esta comunidad indígena, la distribución de sus casas, además de otras actividades realizadas en los alrededores como la elaboración de utensilios para el hogar, elaboración de artesanías y el intercambio comercial entre otros.
El Museo fue creado en 1993, y el actual edificio inaugurado en 2003. Exhibe su contenido distribuído en tres salas dedicadas a las temáticas siguientes: Introducción, Mesoamérica, Antecedentes del sitio, Descubrimiento del sitio, Vulcanología, Investigación del sitio, Vida cotidiana, Arquitectura domestica y de uso especial, Medio ambiente, Conservación, Plan de manejo, Visión y significado cultural.
Singularidad
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Muestra la vida cotidiana de los indígenas que fue interrumpida por la erupción del volcán caldera en el año 600 dC., preservándola así por más de 10 capas de ceniza durante más de 1.400 años hasta que fue descubierta, accidentalmente, en 1976.
Observaciones
Para acceder al sitio y a su museo debe dirigirse a través de la carretera que conduce a la ciudad de Opico a 125 metros después del puente sobre el Río Sucio, hallará el desvío señalizado que le indica el sitio, contiguo a la vía asfaltada.
En autobús, aborde en la terminal de occidente, en la feria internacional ó en la Basílica de Guadalupe la ruta 108 que lo conduce al sitio. Le deja frente a Joya de Cerén.
Horarios
Horario (todo el año)
De martes a domingo de 9:00h a 16:00h
Precio de la entrada
Precio de la entrada
Nacionales $0.69 / Extranjeros $2.86 / Vehículos $ 1.14
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